El talento que da fruto

Talento: Tesoros al final del arcoiris?

Seguramente conoces a alguna de estas personas: chefs que de dos o tres ingredientes cocinan opíparos banquetes. Personas que sin decir palabras expresan con la mirada. Artesanos que de pocos materiales conciben obras de artes increíbles. Maestros que de tres cerillos hacen un juego didáctico complejo y funcional que explica las leyes de la lógica. Escritores que en tres palabras resumen un sentimiento. Así, hay personas que hacen de su vida una obra de arte sin tener herramientas verdaderamente extraordinarias, no son genios musicales como Mozart, ni premios nobel como Madam Curie, ni siquiera graduados de alguna Universidad -normalita o prestigiosa-. Son personas tan ordinarias como cualquier otra, simplemente con la habilidad de transformar una situación en una vision y no solo soñar, sino trabajar en torno a ella.

Una de estas personas es Irma. Irma es cubana y vive en Alemania desde hace poco más de diez años. Como a muchas mujeres emigrantes, el amor por un hombre rubio y descolorido la trajo a esta tierra. Irma estudió ingenieria en su país soleado y caribeño, pero el auge turístico de los 90´s la llevó a hacer de su hobby – la danza- una profesión y trabajar como jefe de entretenimiendo y animadora del club infantil de un hotel de prestigio en su país, donde conoció a su ahora esposo. Irma llegó a Alemania con la alegría contagiosa de su sangre caribeña, y al ver lo complicado que resulta la convalidación de algunas carreras en este país, decidió ocuparse en lo que hubiera disponible y así desempeñó diversos oficios: baby sitter, dependienta de una panadería, etc. y en una de esas, encontró un trabajo como profesora de español para niños, Irma había colaborado mucho tiempo en el Club Infantil del hotel y sabía muy bien como trabajar con los niños de manera creativa y divertida. Así que empezó a dar clases a niños, primero a base de honorarios y después montó una microempresa en la cual Irma daba clases en escuelas y Kindergarten. Cabe decir que Irma no tiene estudios formales de pedagogía, y en el tiempo que decidió montar su empresa no tenia aún dominio del idioma alemán, tenía problemas a la hora de redactar una carta, o de contratar personal, o de escribir una factura y eso por no mencionar el trabajo administrativo y el contacto con las dependencias de gobierno con sus políticas, formas y requisitos. Tarea nada sencilla. Eso significó para Irma un reto enorme, tomando en cuenta que también tiene dos hijos que demandaban atención y que durante este tiempo ella ha tenido problemas de salud. Irma siguió adelante, no sólo sigue trabajando con su empresa, que marcha a las mil maravillas, sino que también incluso ha desarrollado sus propios materiales didácticos. Ha escrito cuentos,- sin ser escritora- libros de trabajo, canciones- sin ser música- con excelente resultados. Irma ha tenido gracias a su empeño en pocos años, logros importantes que son mucho más notables cuando pensamos que como emigrante muchas tareas aparentemente sencillas le han costado el doble de trabajo, porque no dominaba el idioma o porque no conocia los caminos y las formas para lidiar con el aparato gubernamental. El camino no ha sido fácil, y ha estado lleno de piedritas grandes y pequeñas, pero Irma no se rinde, ella sigue caminando y estoy segura que en algunos años sera la cabeza de una gran empresa.  

Marta es una persona muy especial. A los treinta y cinco tuvo la osadía de dejar un empleo seguro en un banco y hacer realidad un sueño: estudiar una carrera universitaria. Dejó el sueldo seguro y se dedicó a vender ropa en los ratos libres que le dejaba el estudio. Volver a estudiar no fué para una tarea fácil, ella notaba que despues de todos esos años de pausa había lagunas que había que superar, pero Marta era dedicada y en vez de claudicar , logró graduarse con buenas notas y titularse. Siguió con la venta de la ropa, pero ya de manera más formal, puso un local en forma y empezó también a dar clases en la Universidad técnica local. A los cuarenta y cinco conoce al amor de su vida , un extranjero que le propone matrimonio y que se la lleva a vivir a los Estados Unidos. Marta la pensó mucho por que “no es lo mismo casarse a los veinte que a los cuarenta, entonces tienes una vida hecha” pero decidió correr el riesgo y abrir el regalo que la vida le ofrece. Marta vive feliz desde hace casi 10 años en Arizona con su esposo, se ha dedicado tambien a las ventas y tiene además un trabajo fijo. Marta es una mujer que se atreve a correr riesgos y no le da miedo perder en el intento, ni tampoco le importa lo que los demás puedan pensar. Tiene nostalgias y ha pasado por momentos dificiles, pero aún asi, siempre trata de ver el lado positivo de cada situación. 

Werner es un bebé nacido en plena guerra mundial. Su padre desafortunademente murió en la guerra y también su hermanita menor. Su madre los educó a el y a su hermana mayor sola. Fueron años de estrecheces y privaciones. Werner salió de su casa a los 14 años para hacerse aprendiz en una cremería local donde se elaboraban diferentes productos lácteos. Al término de su aprendizaje la empresa le dió un empleo por medio del cual pudo con solo 16 años mantenerse solo y ayudar a su madre y su hermana. Fué ascendiendo poco a poco en la empresa hasta que ganó lo suficiente como para pensar en formar su propia familia. Al tiempo conoce a su actual esposa, se casan y compran un terrenito, mismo que Werner fué construyendo poco a poco con sus propias manos. Le empieza a ir muy bien en su trabajo, recibe mejores ofertas de otras fábricas de lácteos que le ofrecen puestos excelentes en el área de produccion. Werner trabajó de sol a sol durante esos años. Jornadas de dieciocho horas diarias no eran algo extraordinario. Sin embargo, Werner sabía que por medio de su trabajo podría darle una educación y un nivel de vida mejor y más desahogado a su descendencia. Werner no es una persona que haya tenido mucho estudio formal, sin embargo es inteligente y sumamente laborioso. Tuvo la suerte de encontrar en su esposa una socia y compañera espléndida y hoy a cuarenta años de su matrimonio, viven felices y están satisfechos con su vida. No siempre ha sido sencilla, su primer hijo falleció al nacer, su madre murió, él enfermó de cancer, pero tuvo suerte de sobrevivirlo, su suegro se suicidó, su mejor amigo y cuñado murieron de cancer, pero él dice que los retos son parte de la vida y que hay que tratar de ser feliz con lo que se tiene y él considera que el éxito en la vida sólo se consigue cuando la familia está unida. Hoy Werner tiene 72 años , está retirado, goza de excelente salud, y tiene dos hijos, dos nueras y cuatro nietos que son su más grande tesoro. Dice " Qué maravilla. Yo era sólo uno y ahora somos diez! ” .

Qué tienen en común todas estas personas? Que han logrado multiplicar los bienes que se les depositaron en su cuenta.  A pesar de que podríamos pensar no les fueron dados  habilidades o cualidades extraordinarias, tienen un talento que por si mismo es muy valioso: hacer siempre lo mejor posible con lo que se tiene.

Ellos han sabido sacarle el mejor partido posible a las cartas que les tocaron en el juego de la vida. Un talento es  una joya en bruto que si no es tallada, es sólo una piedra burda que carece de valor. El talento por sí solo, no da fruto y termina perdiéndose. Ejemplos hay muchos. Talento y trabajo dan combinaciones magníficas, los grandes maestros dan ejemplo de ello con sus obras, pero tesón incansable combinado con una dosis  de talento da las cosechas más ricas donde aparentemente la tierra es árida. No lo es,  porque estas personas tienen también una habilidad extraordinaria: la de producir y dar mucho fruto. 

Que tu vida dé mucho fruto y que estas lineas te inspiren para volar más alto y  poner tus talentos a florecer...Los necesitamos mucho!

Un abrazo amoroso. 

Paloma