martes, 1 de mayo de 2012

La infancia en el mundo

Foto: Hector Landaeta SXC Stock


¿Cúanto dura la infancia? Según el país en que se vive, la infancia puede durar 5, 8, 10 o 12 años.

 No le dura lo mismo a un niño hindú que vive en la calle, que come de los desperdicios que junta, que se droga para aguantar el frío y el hambre,  que a un niño sueco que vive protegido por sus padres y que duerme en un cuarto con calefacción, juguetes al por mayor y no le falta de nada.

 No le dura lo mismo a un niño jornalero que viaja con sus padres de cultivo en cultivo y que ayuda en la cosecha de tomates, que a la niña que ve televisión todo el día y que está expuesta a programas que no son pertinentes para su edad.

¿Cuanto dura la infancia de un niño quien es abusado sexualmente por personas en las cuales confía?

¿Cuánto le dura la infancia a un niño que cruza la frontera de ilegal buscando a sus padres quienes viven al otro lado?

¿Cuanto dura la infancia de unos niños que en el Kindergarten tienen que tirarse todos al piso y cantar una canción de Barney, mientras una camioneta balacea a un cristiano justo pasando la calle?

¿Cuánto dura la infancia de un niño que se ve obligado a dejar la escuela para poder trabajar y ayudar a su familia?

La duración de la infancia está ligada a la situación familiar, y también a las condiciones del país donde se vive. En un país violento, en estado de emergencia, en crisis económica, los niños se ven obligados a madurar rapidísimo para protegerse. Esa maduración no siempre es indolora. Familias enteras que huyen de injusticias, crisis económicas, condiciones sociales adversas, para aspirar a una vida mejor cuánto les dura a esos niños su infancia?

Una amiga mía me contaba que en un viaje con su esposo a Oaxaca, se encontró en el camino con una madre indígena que llevaba varios niños, a ella le cayó en gracia una nenita de las más pequeñas y empezó a jugar con la chiquilla y a hacerle cariñitos y de pronto la madre le dijo : "Doña, si la quiere,  se la regalo". Mi amiga atónita, primero creyó que su poco dominio del español la estaba confundiendo, pero la oaxaqueña insistió, "Si, doñita, llévesela con usté, está sanita y no come mucho".
Los esposos le explicaron que no podían llevársela,  ya que no podían hacerla pasar por su hija y para sacarla del país se necesitaban papeles. La mujer estuvo insistiendo y al final se dió por vencida y siguió su camino. Me pregunto cual sería el nivel de desesperación de esa mujer que hubiera entregado sin vacilar al fruto de su vientre ante la perspectiva de una vida mejor para el mismo.

Muchos productos que se consumen vienen del trabajo de manos pequeñas. Niños, que en vez de ir al colegio y jugar en las tardes, se sientan 10-12 horas por día para confeccionar sandalias, picar piedra, hacer ladrillos... Estos niños tendrán algún asomo de  infancia?

La infancia es tan preciada, es tan corta, y ahi se sientan los cimientos para toda una vida. Un ochenta porciento de lo que somos lo aprendimos en nuestros años mas tempranos. Por ello es tan importante como padres y buenos jardineros sembrar la semilla en estos años. Después habrá pasado la temporada propicia y será mas dificil obtener buenos frutos.

Cuando veo a mi alrededor, veo cúan afortunados somos y hemos sido. Eso es un regalo y una tremenda responsabilidad.

 Protejamos la infancia no sólo de nuestros hijos...sino también de los hijos de la Tierra.

 Un abrazo amoroso desde mi niño interior.

 Paloma

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