viernes, 7 de septiembre de 2012

Mi primer día de Escuela- Die Einschulung

Foto ZS.
Sebastian tiene seis años y hasta hace unas semanas acudía regularmente al jardín de niños.
Su último día en el “Kindergarten” estuvo marcado por una serie de detalles y parabienes de las educadoras quienes le desearon mucha suerte en su próxima etapa en el colegio. 
Un par de semanas antes de salir de vacaciones tuvo la oportunidad de ir un día a clases a la que será su “Grundschule”, nueva escuela primaria en los próximos cuatro años y conocer a su maestra y a sus compañeros. 

Se mostró muy aliviado de que Leo, su mejor amigo también esté en el mismo grupo con él, tal y como ambos lo solicitaron en su forma de inscripción. El día de prueba o “Schnuppertag” marchó a las mil maravillas y la maestra Anne les dejó una pequeña tarea para las vacaciones: tachar en una libretita los días que faltan para entrar al colegio . 

Para Sebastian, ese primer día es algo muy especial, la escuela y la familia celebrarán por todo lo alto su Einschulung o ingreso al sistema escolar. 
El sistema escolar alemán merece un artículo completo, por su complejidad y su variedad. Aquí solo deseo comentar que la escuela primaria básica “Grundschule” tiene una duración de cuatro años y es igual para todos. Al término de este ciclo, hay una selección de los alumnos según su desempeño para enviarlos en base a notas a el Gymnasium o la Regionalschule. Esto repercute de una manera significativa, ya que los alumnos salidos del primero tienen en automático un certificado llamado “Abitur” que es requisito para estudiar en cualquier universidad del país. Los egresados de la segunda variante pueden optar también por el “Abitur”, pero para ello habrá que estudiar un año más. 

La Einschulung es una tradición muy propia de Alemania que poco a poco también se ha extendido a otros países germanoparlantes como Austria y Suiza y que también los colegios alemanes alrededor del mundo celebran con padres, alumnos y familia de los nuevos pupilos del abecedario.
 Las clases comenzarán para todos los demás alumnos el primer lunes después de las vacaciones de verano , a excepción de los de nuevo ingreso. Ellos podrán quedarse un par de días más en casa hasta que llegue el día designado para el Einschulung, cada día más escuelas lo realizan en sábado para que pueda acudir toda la familia.

Ese día, temprano en la mañana Sebastián y su familia están invitados a una celebración ecuménica en la iglesia, donde los niños tienen un lugar de honor. Después de la misa, una vez en la escuela tiene lugar la ceremonia, donde el personal y los niños del segundo a cuarto grado les dan la bienvenida con música, poemas, juegos, música y bailables, luego los maestros los llaman al estrado uno por uno y se los llevan a su primera hora de clases.

 Un elemento clave en dicha celebración es la llamada “Schultüte”, que es una especie de cono de papel, de aproximadamente cincuenta centímetros que suele rellenarse con golosinas, juguetitos, útiles escolares, y detallitos o juguetillos que encantan a los chicos: pegatinas, sellitos, un librito,  y que los pupilos de nuevo ingreso reciben de sus padres el primer día de clases. 


No se sabe con exactitud cuando se comenzó con costumbre de obsequiar caramelos a los ninos en su primer día de escuela. El sentido de regalarles golosinas a los niños era como una manera de “endulzar” su mudanza de un mundo de juegos y fantasías, sin preocupación alguna al ingreso a un mundo “serio” y de obligaciones: asistir a la escuela a diario, hacer los deberes, estudiar, etc. 
Hay que tener también en cuenta que cuando se empezó con esta tradición no existía el jardín de ninos y la entrada al colegio era la primera separación del niño de su seno familiar.

 Hasta hace no mucho tiempo se compraban golosinas como gominolas y caramelos a granel, y se despachaban en las tienditas del barrio envueltas en cucuruchos de papel, cada niño podia comprar cinco o diez centavos de sus dulces favoritos. De ahi viene la forma , de hecho en la mayoría de los estados de la antigua Alemania Oriental es llamada Zuckertüte o “bolsita de azucar”. 

 Las evidencias mas antiguas que hasta el momento se han documentado que acreditan la existencia de la “Schultüte” rondan el año de 1817, en la ciudad de Jena. Ahi recibían los niños bolsitas de papel con galletas, nueces y bombones, ya sea de los padres o de los maestros quienes les decían a los niños que en el patio de la escuela crecía un árbol con las “Zuckertüten” y que serían para los afortunados que fueran en tiempo y forma al colegio. 

La costumbre se fué extendiendo poco a poco en la Alemania oriental via Thuringia a Sajonia y a las principales ciudades en el este.. El contenido de la bolsa y su manera de entregarse variaron según la región. En algunas ciudades se ponían galletas en forma de letras y brezel de sal. 

El poeta alemán Erich Kastner describe en sus memorias “Cuando yo era niño” su primer día de escuela en Dresden en 1906 y su Zuckertüte con el listón de seda. Cuenta que al querer mostrársela a su vecina, se le cayó y su dulce contenido rodó por el suelo: conejos de pascua –en ese tiempo el ciclo escolar iniciaba en la primavera- caramelos, pralines, dátiles, higos, naranjas, waffels y mariquitas doradas de chocolate-símbolo de buena fortuna--. 

 Al principio, fueron algo que sólo la gente pudiente podía solventarse y no fueron vistos con buenos ojos por los maestros, ya que el tamaño y el contenido de la bolsita podía dar indicios de la clase social y condición económica de la familia del niño , pero poco pudieron hacer. 
En los tiempos del régimen nazi se hicieron esfuerzos para implementar un cono que fuera igual para todos pero la iniciativa no tuvo mucho éxito. La swástica no era tan atractiva como los cowboys y las princesas. 

Hoy en día las bolsitas cónicas son de un tamaño estándar ya que el cono se compra hecho en cualquier papelería, en el color de su preferencia y el contenido normalmente nunca se ve, ya que no se abren en la clase, sino cuando el nino regresa a su casa. 

 Lo que varía enormemente de niño a niño es el decorado, hay padres quienes se deciden por adornar el cono ellos mismos, lo que da más libertad para elegir el diseño al gusto del crío según sus intereses o personajes favoritos: o también se puede comprar decorada, hay algunas que ya vienen impresas de fábrica y solo hay que rellenarlas. Los motivos más populares son sirenas, futbolistas, caballeros, payasos, bomberos, princesas,el equipo nacional de fútbol, etc. 
 
La “Zückertüte” también ha conquistado también a nuestros países vecinos. En Suiza y Austria también ha llegado poco a poco la costumbre de la Schultüte pero a diferencia con Alemania, es algo relativamente nuevo que apenas data de la década de los ochentas.


La clase de Sebastián ha terminado la sesión de clases. Los chicos salen del aula y él recibe de sus padres finalmente su “Schultüte”. Es enorme y tiene un jugador de la seleccion nacional y “casualmente” se parece muchísimo a él. Sus ojos brillan de la emoción. 
A su hermanita pequeña también le sobran motivos para tener una sonrisa de oreja a oreja: ella tambien ha recibido una “Geschwistertüte”, que es una réplica en pequeño (aproximadamente de 15 a 20 cm) de la bolsa grande para los hermanos, decorada con su personaje favorito: una hadita rosa y cursi que se llama Lilifee y vuelve loquitas a todas las nenas de su edad. 

Sebastian va a su casa con su familia para seguir los festejos de este día con una barbacoa y pastel, están invitados sus amiguitos, sus tíos. primos y parientes cercanos que lo obsequiarán generosamente , pero él se muere por llegar a casa y poder abrir finalmente su Schultüte, al igual que su hermana.

 Las ventajas de introducir a los chicos de manera festiva al sistema escolar son evidentes: el niño recibe muchos estímulos positivos, muchas felicitaciones y regalos, se siente reforzado en su autoestima por el hecho de ser un niño “grande” que ya va al colegio., se le prepara con anticipación, llega muy motivado y las escenas típicas que a veces se ven en la infancia como el pequeño que llora porque le da miedo la escuela y no quiere quedarse, aquí suelen ser mínimas. 

Curiosamente en Alemania, en la escuela se celebran los comienzos y no tanto los finales, la graduación sólo se celebrará de esta forma cuando Sebastian termine formalmente la escuela en doce años. 
Ahora Sebastián es un niño “grande” y sí., efectivamente el ingreso al sistema escolar es un parteaguas en su aún corta vida, hay que celebrarlo con mucha alegría, porque el Einschulung, a diferencia del matrimonio, sólo se celebra una vez en la vida. 


Fuentes: http://geschichtspuls.de/art1149-kleine-geschichte-der-schultuete http://www.jena.de/sixcms/detail.php?id=151283&_nav_id1=77034&_lang=de

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