Desde pequeña comenzó a trabajar, el padre, humilde jornalero se alegraba cuando alguno de los hijos ayudaba en la cosecha, la madre reclamaba ayuda en el trabajo del hogar, atender a nueve hijos, suegra y marido pues no es tarea fácil para una sola persona. De escuela formal tuvo muy poco, esos eran lujos y para una mujer, impensable para la época y lugar donde ella se crió.
Cuando tuvo edad para ello empezó a servir en una casa, en donde aprendió a hacer de todo: coser, bordar, cocinar como los ángeles, hacer banquetes con sólo 3 ingredientes, uno de ellos su legendario y espléndido sazón. Todas estas habilidades le ayudarían más tarde para sacar a sus hijas adelante.
Se casó y tuvo tres hijas. Cuando el marido se alborotó con una fulanita del montón, se dijo que no estaba en su orgullo perdonarle su traición, y dicho esto, cogió sus pertenencias, sus hijas y se fue a vivir a otro estado. Sola, con tres hijas pequeñas. Su madre le dijo " no es una buena idea ni tampoco buenos tiempos para que una mujer esté sin marido". Buscó el apoyo de sus hemanos, quienes se habían mudado a en un pueblo de reciente fundación en el que todo hacía falta, el pueblo estaba enclavado en entre el Valle del Yaqui y Mayo, donde en ese tiempo la agricultura registraba una de sus mejores etapas en la historia nacional. Corría la década de los 50´s.
Primero trabajó con la hija mayor de nueve años por un jornal en el campo, sin embargo, pronto se dieron cuenta que con ello no conseguirían solventar los gastos de una casa, por lo cual decidió Ramona hacer pasteles para vender, lo que resultó todo un hit, pues sus pasteles de se vendian literalmente "como pan caliente". Doña Ramona también cosía y de vez en cuando hacía costuritas por encargo. Junto con sus hijas pusieron un puesto de libros y revistas que entre todas atendían. Después abrieron un café, que en los tiempos dorados de la agricultura en el valle del Yaqui fué todo un éxito. El negocio de los pasteles corría paralelo y no habia piñata, boda o quinceañera en el pueblo y hasta en los pueblos cercanos que no tuviera un pastel de doña Ramoncita, como le llamabam cariñosamente sus clientes.
Ramona fué bendecida con una energía incansable. Estar de "oquis" nunca estuvo en su programa, su dia empezaba antes de la puesta del sol y terminaba más allá de la noche. Y al día siguiente igual. Nunca pudimos explicarnos de dónde salía tanta energía y laboriosidad de ese cuerpo que a duras penas alcanzaba el metro cincuenta. "Necesito relajarme" fueron palabras que su boca nunca pronunciarían.
Debido a que en su edad media contrajo diabetes, no pudo seguir atendiendo el café y éste tuvo que cerrarse. Ramoncita dijo: "Pero yo no puedo estar sin hacer nada, yo necesito tener mi dinerito" y tomó por su cuenta la librería, al menos dijo "aqui no es tanto trabajo". Pero había que estar ahi, por muchas horas. A veces sin clientes, a veces sin ganas y a veces con sueño. Pero para Ramona el depender de alguien económicamente - de las hijas - no era una alternativa.
De hecho la independencia le gustó tanto que nunca quiso volverse a casar, a pesar de haberse quedado sola muy joven. No estaba en sus planes darles a sus hijas un padrastro, "con las historias que se cuentan por ahi. No, mejor me quedo con mis hijas y mi trabajo". Intachable.
Ramoncita tuvo 3 hijas, 5 nietos y un bisnieto. De hecho, ya tendría 5 bisnietos, pero no alcanzó a ver más que al primero. Enfermó de varias cosas distintas, en la vejez todo duele y ya empieza a fallar, más para una mujer que tuvo una vida tan dura, que tuvo que trabajar tanto, su cuerpo diminuto estaba exhausto.
No se supo exactamente cuando nació pero sí sabemos cuando decidió irse: el 14 de febrero de 2006, se durmió en paz, acunada por el amor de una de sus hijas, quien estuvo junto a ella en todo momento y quien con toda la devoción que tiene una hija para su madre, la envolvió en sus brazos para hacerle la despedida más fácil. Estamos seguras que volvió al Amor que la trajo porque la fecha simbólica en la que escogió para irse y la expresión de amor en su rostro nos lo confirmaron.
Gracias a esta mujer grandiosa que afanó tanto junto con sus hijas, nosotros la segunda y tercera generación tenemos una vida mejor y más cómoda, podemos disfrutar de cosas de las cuales ella no se atrevió ni siquiera a soñar. Ramona dejó un gran ejemplo, de dedicación, de esfuerzo, de trabajo. Es increíble como pudo ella, una mujer de origen humilde, sin dinero, sin una formación académica, sin el apoyo de una pareja, sin ayuda del gobierno, lograr tantas cosas y todo lo hizo con sus manos, con trabajo honrado, palmo a palmo, día a día, por amor a sus hijas.
Ramoncita fué mi pequeña pero grandiosa abuela. Te fuiste pero te quedaste mami Ramona, aqui en el corazón te llevamos siempre.
Sra. Ramona Díaz Caudillo
Q.E.P.D.
01.05.? -14.02.2006
Muy bonito!! y que gran ejemplo :)
ResponderBorrarGracias...Estamos muy orgullosas de ella, de la mujer tan grande que Dios nos puso a nuestro lado.
ResponderBorrarMuy Bonito >.<
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